El doce de octubre de 1492, Cristóbal Colón, Almirante de Castilla por gracia de Isabel de Trastámara, Reina de Castilla, tocaba tierra en la Isla de La Española, llegando a lo que sería conocido como el "Nuevo Mundo".
El Nuevo Mundo de Cristóbal Colón tardó años, siglos en ser explorado (en 1842, un tercio de los Estados Unidos y más de la mitad de Canadá eran territorio incógnito).
Pero en ese Nuevo Mundo nació otro más nuevo aún, un mundo sin tierra ni cielo, aunque sí con sus paraísos y sus infiernos: el Mundo Virtual.
Ayer decíamos que tendemos a aislarnos en un mundo virtual, que nosostros moldeamos a nuestro antojo (hasta cierto punto), un mundo donde nosotros ponemos una frontera tras la cual refugiamos nuestro auténtico "yo", mostrando al mundo sólo la imagen que deseamos que los demás vean.
Pero... ¿Es un universo bueno o malo? ¿Dónde comienza ese mundo? ¿Cómo se viaja a él? ¿El billete de ida tiene retorno?
El Mundo Virtual nace con Internet, allá por el año sesenta y nueve del pasado siglo, justamente coincidiendo con los primeros viajes más allá de la frontera de nuestra atmósfera.
Por aquel entonces no era más que un proyecto universitario, patrocinado por los militares, que buscaba unir lugares distantes mediante una conexión segura y libre de interferencias.
Ya en los primeros setenta el uso de lo que se acabaría conociendo como internet se extendió entre universidades, laboratorios científicos y la administración norteamericana.
En los 80, con la revolución de los ordenadores personales, interntet llegó a las casas y en los treinta años siguientes no paró de crecer hasta convertirse en un universo paralelo al nuestro, impulsado por un "big bang" dotado de vida propia y a veces sin control.
Pero Internet sólo es la base, el flujo por el que se desplaza nuestro mundo virtual, que por otra parte, por grande y potente que queramos construir, apenas alcanza una diminuta porción de las capacidades que ofrece el E-Universo, que con la popularización del uso de datos en los móviles no ha duplicado, sino multiplicado hasta casi el infinito el alcance y desarollo de nuestro universo particular.
Como decíamos ayer también, este nuevo mundo tiende a aislarnos, porque nos gusta, nos da placer el sentir que somos capaces de controlar e impedir que los demás no vean aquello que no nos gusta de nosotros mismos. Modificamos nuestros "perfiles" a voluntad, publicamos lo que queremos y obviamos lo que odiamos de nuestro carácter (y lo hacemos siempre, con más o menos intensidad o con más o menos acierto, pero lo hacemos).
¿Y esto es bueno o es malo? Pues la respuesta es muy sencilla: Ni sí, ni no, sino todo lo contrario. Internet y todo lo que arrastra dentro no es bueno, pero tampoco es malo. Es tal y como lo usamos nosotros. Encontraremos de todo porque cada cual aporta algo dentro, pero hay tantas herramientas beneficiosas como rincones oscuros donde se ocultan aberraciones).
Hoy, día del orgullo Friki (felicidades, Jorge), podríamos traer a colación una frase de un ser de otro mundo: El Maestro Yoda en la película "El Imperio Contraataca" (1980), cuando Luke Skywalker le pregunta qué encontrará en una cueva en la que debe entrar, él contesta: "Sólo lo que lleves contigo"
Por cada aplicación beneficiosa que encontramos en internet, hay otra que permite adentrarse en la parte más oscura del ser humano... y a veces la misma herramienta sirve para el bien y para el mal.
De nosotros, exclusivamente, depende darle un uso u otro.
¿Cómo se entra en ese mundo?
El mundo virtual tiene muchas puertas, unas más grandes y cómodas de usar y algunas otras más estrechas y que pueden hacer que nos echemos atrás por su incomodidad (herramientas o aplicaciones de uso complicado), pero todas ellas se abren al introducir el conjuro mágico "www".
¿Y el billete es sólo de ida?
No, pero el viaje ha de hacerse con las debidas precauciones para no quedarte atrapado dentro. Nunca hay que perder la perspectiva ni la consciencia de quiénes somos realmente.
Hay grandes bloggers, youtubers y otra clase de fauna internauta que tienen no un mundo virtual, sino todo un imperio interdimensional y no han perdido su esencia real y, en cambio, pequeños personajillos que se han convertido en esclavos del E-Universo incluso para hacer la compra... su mundo se ha reducido a unas cuantas pulgadas delante de sus ojos y el personaje que interpretaban se ha llegado a comer a su auténtico yo...
De una u otra forma nuestro e-yo modifica nuestra realidad, pero en la mayoría de los casos volvemos a la realidad. Otras veces, si el yo real es, por decirlo rápidamente, "débil"es inevitable que el E-Universo acabe por destruirlo casi por completo.
Un mundo infinto se extiende más allá de las teclas de nuestro ordenador y nuestro "smartphone". Conquistarlo o dejarnos conquistar por él es responsabilidad única y enteramente nuestra...
Que espiritual y profundo es el articulo.Aunque cierto
ResponderEliminarGracias, Silverio.
EliminarJulián,esta información es muy buena para los que nacimos siendo analógicos.Nos viene fenomenal.
ResponderEliminarEstamos en una nueva era,la del" homo digitalus"...La realidad objetiva no existe.Cada persona "ve o crea"su propia realidad y experimentamos nuestra Vida.Somos "lo que nos sucede".(la cotidianidad individual).Pues bien,para liarlo aún más,como bien dices,el nuevo y fascinante Mundo Virtual nos lleva a crear un mundo paralelo.Estoy aprendiendo de personas como tú y otros compañeros acerca de estos temas y desde aquí os expreso mi sincero agradecimiento.Gracias por este blog,Julián.