lunes, 22 de junio de 2015

El niño 44 (Tom Rob Smith)

Basada en hechos reales.

Siempre que leo eso al comienzo de una novela, película o en la crítica, me entra el repelús de las "TV movies" que siempre terminan con una frase tipo: "Fulanito de tal se ha arrepentido de sus crímenes y ahora es pastor metodista en Ancorage, Alaska"

Pero el morbo de que la Federación Rusa hubiese prohibido la proyección de la película en su territorio por "antipatriotismo" pudo más que la terrible sentiencia de los hechos reales y adquirí la novela en formato electrónico.

Los sucesos que se narran en "El niño 44" están basados en una serie de crímenes cometidos en Rostov en los 70, pero el autor traslada la acción a los meses anteriores y posteriores a la muerte de Iosif Stalin, en plena época de la paranoia soviética en la que todo el mundo sospechaba de todo el mundo... unos, porque pensaban que la traición se respiraba en todas las esquinas y otros porque pensaban que eran objeto de una persecución por parte de los poderes del estado. 

El protagonista es un miembro de la MGB, antecesora de la KGB, un hombre con "status" social envidiado... y temido.

La negativa de este hombre (Leonid Démionv) a considerar que su esposa forma parte de una falsa trama de agentes internacionales (urdida por un competidor dentro de la policía política), termina por minar la confianza del jefe de ambos en su subordinado, pero al no haber pruebas en contra de la esposa de este hombre, por otra parte héroe condecorado en "la Gran Guerra patriótica". Ambos, en lugar de desterrados a Siberia, son enviados a una población industrial, perdida en los Urales.

Allí, en lugar de trabajar como agente del MGB, como parte de su castigo, Leo Démionov se incorporará a la desprestigiada policía local (milicia) y se encontrará con una serie de crímenes que decide investigar pese a la negativa oficial a establecer un nexo de unión entre ellos.

Curiosamente, la federación rusa prohíbe la película por la presentación que hace de la guerra (que no es para tanto y se trata de una pose política del gobierno de Putin, que no quería remover los fantasmas de los abusos soviéticos contra la población polaca y alemana en 1945), pero las autoridades rusas no ven "pecado" en el clima de tensión permanente que la novela hace patente a lo largo de las páginas de la misma. Ser sospechoso de crímenes contra el Estado o sospechar de todos por lo mismo: la Paranoia como forma de vida habitual en el invierno de 1953, en las hambrunas de principios de los 30 que llevaron en numerosos casos a que la población recurriera al canibalismo, a que decenas de miles de personas fueran arrancadas de sus hogares para llevarlas a las ciudades industriales en el centro de la Rusia Soviética, con una alternativa... que el tren no se detuviese en esas ciudades y continuase hacia Kolyma... hacia Siberia.

Veremos cómo el autómata de la MGB va dando paso a un hombre con sentimientos... especialmente con un gran sentimiento de la Justicia, a medida que se aleja de la policía política y se acerca más a los problemas reales de la gente de a pie, en especial cuando se trata de crímenes cometidos contra niños.

Bien escrita (y traducida), la novela destila agobio en casi todas sus páginas y la trama y desenlace, aunque tratada mil y un millón de veces en otras novelas, se hace atractiva por lo inusual de sus personajes.