jueves, 18 de junio de 2015

Ahí están, calladitos, haciéndose el sueco.

Hacerse el sueco... 

Mil y un millón de veces hemos oído o utilizado esta frase... ¿Pero sabemos de dónde procede? 

Hay dos teorías, de las cuales la que más me gusta (y cuadra) es que tiene su origen en los tratados comerciales entre Suecia y España en el Siglo XVIII (como la política es muy aburrida sólo decir que en esos años teníamos mucho comercio con los suecos, sólo por dar por culo a los ingleses).

Pues bien, en el marco de estos tratados y la pila de barcos suecos que atracaban en los puertos del norte de España, los marineros suecos eran totalmente desconocedores de nuestra lengua, tan extraña a sus oídos como la suya a los nuestros y como buenos marineros, bebían como cosacos (de los que ni un  5% vieron el mar en sus azarosas vidas por la Estepa). 

Y un marinero en tierra bebe mucho y gasta poco, por lo que cuando el tabernero les reclamaba el dinero por lo consumido, se hacían los suecos cosa mala... vamos, que lo bordaban. Como si fueran del mismo Upsala.

Estos Suecos del siglo XVIII han pasado de puntillas por el acervo popular español, hasta tal punto de que cuando José Luis López Vázquez y Alfredo Landa pusieron de moda a las Suecas de Benidorm y Torremolinos (otro éxito comercial español: sol a cambio de bikinis) fijo que más de uno tuvo que desempolvar las enciclopedias de Geografía de las bibliotecas para saber de dónde venían esas rubias de grandes pechos y sonrisa abierta. (mejor no preguntemos hoy, porque se nos caería el alma a Marruecos si preguntásemos a un chaval si sabe colocar Suecia en un mapa mudo)

¿Y qué sabemos de Suecia, aparte de que hace un frío pasmoso y que la humedad en invierno llena un vaso en una noche?

La primera cosa que se nos viene a la cabeza si pensamos en sueco es: Ikea.

Es evidente que Ikea es un referente muy importante a la hora de establecer una lista de productos "made in Sweden". 

Aparte de los chistes fáciles sobre la calidad y el formato de los productos Ikea, se nos han colado, valga la redundancia, hasta la cocina. 

Haciendo memoria, en mi casa tengo cubertería, vasos, dos armarios, una cama plegable, alfombras,
cortina de baño, lámparas y una pecera, todo adquirido bajo los rimbombantes nombres con los que Ikea etiqueta sus productos. 

Luego, a bastante distancia y perdido más en la memoria de los más mayores, tenemos a ABBA, el cuarteto sueco de los setenta y ochenta que arrasó en Eurovisión (cuando el festival era algo "serio") o en aquél enternecedor anuncio para concienciarnos del hambre en Etiopía. 

Más allá de esto... ¿qué más conocemos de Suecia en nuestra vida coticiana del sur de Europa?

Millenium... esa trilogía de novela negra (con sus correspondientes películas en versiones sueca y norteamericana o incluso una serie de televisión)

Millenium ha abierto una puertecita al país escandinavo que, la verdad, no sé si es más perjudicial que beneficiosa... porque tal y comoStieg Larsson presenta sus personajes, te dan pocas ganas de visitar Hedestad y cualquiera puede pensar que los suecos se alimentan de pan pizza y café, dejando sus afamadas albóndigas suecas para vendérnoslas a los españoles en el Ikea de Vallecas.

Ojo, que yo me declaro fan incondicional de Millenium, "relector" de las novelas en numerosas ocasiones.

Y ya...

Bueno, dentro de mi acervo personal puedo meter a un escritor llamado Jan Guillou, escritor de una trilogía de libros (entre otros) de ficción sobre el origen de "El reino de los Svear": Sverige (Suecia en sueco), una trilogía de libros que, personajes ficticios aparte, explica muy bien el origen del país nórdico 

Y por último, aunque sea un poco de rebote y circunscrito a la labor de colaboración que realizo con una empresa de videojuegos relacionados con el mundo militar, he tenido conocimiento de un grupo de música un tanto peculiar: Sabaton (que se puede traducir por "Escarpe" -la parte de la armadura medieval que protegía el empeine del pie y con la que las patadas en los testículos tenían que ser épicas-)

Claro, que para terminar con este tema, no podría ser de otra manera que con la tripa llena:


Albóndigas suecas como las de Ikea
Servings: 4
Time: 45 min
Difficulty: media
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Ingredientes:
500 gr. de carne picada de ternera
1/2 cebolla
La miga de media barra de pan
125 ml. de leche
150 gr. de mantequilla
40 gr. de harina
500 ml. de caldo de carne o “Caldo de puchero” de Aneto Natural
50 ml. de nata para cocinar
1 huevo
1/2 cucharadita de nuez moscada
1 cucharadita de pimienta molida
Sal

Cómo hacer albóndigas suecas como las de Ikea:
Para empezar, rehogamos la cebolla muy picadita en una sartén con un poco de mantequilla hasta que esté blandita. La reservamos.

En un bol ponemos la leche con la miga de pan y lo mezclamos hasta formar una masa.
A ese bol le incorporamos la carne picada, la cebolla que hemos rehogado previamente, el huevo, la media cucharadita de nuez moscada, la pimienta y la sal. Mezclamos todo uniformemente.

A continuación hacemos las albóndigas, cogiendo pequeñas porciones de carne y dándoles forma redondeada con las manos, dos cucharas o como prefiráis.
Cuando estén todas las albóndigas preparadas las freímos en una sartén con mantequilla hasta que estén doradas y las reservamos para después añadir la salsa.

Para la salsa, derretimos 90 gr. de mantequilla en una sartén e incorporamos 40 gr. de harina, mezclamos y dejamos cocer un par de minutos hasta que coja un color marrón clarito. Llegado ese punto vamos añadiendo el caldo de carne removiendo constantemente hasta que quede una salsa homogénea. Dejamos que reduzca 5 minutos e incorporamos la nata.

Añadimos las albóndigas a la salsa y cocemos 15 minutos. Si la salsa espesa demasiado, podemos añadir más caldo de carne.