viernes, 3 de julio de 2015

Historias del Chumino revirgado #5: La que cambió sin cambiar

Querida Leticia:

Lo que te faltaba en este caluroso y acalorado Orgullo Gay madrileño, donde tenías pensado reinar... ahora llega ella, la de la madre que tenía dos dedos corazón para hacer peinetas dobles adornadas de polvo de ladrillo (el que, según las malas lenguas cogió de un montón que había a las puertas de la Radio Televisión Valenciana para atizarle a los colaboradores de Tómbola).

Yurena is here... y ha llegado para quedarse, de verdad.

Sin ganas de recochineo, Leticia con "C" de coño, en el asunto inglés -de ingles para adentro-, aún sigues la primera, pero a la que Maleni, Sonia Monroy o alguna otra divilla del Orgullo que empieza a asomarse decida enseñar sus no recompuestos hímenes para alegría de lesbianas (y lesbianos), lo llevas crudo, mona. Ya han empezado a aparecer las competidoras "físicas, pero centrándonos en el tema musical, la que se llamó Tamara, Ámbar y María del Mar (a la hora de cenar en su casa), simplemente hay que reconocer que en su nueva etapa de "reinona" de las pistas de baile de discotecas de provincias tiene su aquél y hasta es posible que me apropie de algún tema para un vídeo. Lo siento por ti, Leti... otra vez te quedas sin carroza, ni hit para el Orgullo, por mucho YMCA y Village People que quieras fusilar. Yurena (Marimar a mucha honra), viene con un padrino mucho más poderoso que cinco "macho men" del otro lado del charco: Nacho Canut: 100% Fangoria, muy del gusto de Chueca. 

Ah, pero ¿YurenaÁmbarTamaraMarimar aún está en pie?

En pie y trabajando, queridos... porque si la Sabater no se rinde, esta mujer ha resucitado del  abismo en el que comenzó y con constancia y muchos bolos veraniegos, ha conseguido llegar mucho más lejos que la revirgada examiga de los niños. 

Hay que reconocerle el mérito a la señorita Cuena (mira, que rima con Yurena), porque después de aquel desatroso estreno en el ínclito programa de Sardá, con el esperpento del embarazo del no menos ínclito Paco Porras, el supuesto aborto, aquella escena casposa porno con el rematadamente ínclito Arlequín han pasado quince años y muchas cosas...

Empezaste mal, Yurena, pero hay que reconocer que supiste reaccionar, no dejarte morir, abriste un bar, no malo por cierto, fuiste lista (o te fueron lista) y te despegaste de la casposidad que representaban aquellas compañías... y sobre todo, Marimar, permitiste que alguien como Nacho Canut o Carlos Berlanga le dieran un giro de 180º a tu nueva imagen.






Lo tienes jodido, Leticia...